martes, 9 de junio de 2015

Carta publicada en el diario Sur

Una minoría en huelga

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA

Como médico de urgencias del hospital Carlos Haya y frente a las noticias que van apareciendo respecto a la huelga indefinida planteada desde el día 26 del mes pasado, quiero hacer varias aclaraciones.
El sindicato CSIF no ha convocado a todos los médicos para dicha huelga; es más, algunos supimos de ella por la prensa. Trece médicos del servicio (el 40% de los que trabajamos en el pabellón B del edificio principal, “el nuevo”), hemos sido excluidos sin ninguna explicación. Es preciso señalar que ni CC. OO., ni UGT ni el Sindicato Médico apoyan esta huelga.
El servicio de urgencias está formado actualmente por 59 facultativos, y la huelga está siendo secundada por 19, lo que supone menos de la tercera parte de la plantilla (32%).
De los 19 médicos en huelga, trece tienen contrato al 100% de la jornada ordinaria (el 68%). Cuatro de ellos se han acogido voluntariamente a una reducción de jornada por motivos familiares. Es cierto que los seis restantes están contratados al 33%, situación que debiera ser mejorada.
Los usuarios llevan padeciendo demoras desde hace muchos años, en parte por los recortes que la Junta viene practicando desde antes de la crisis, pero también por el mal funcionamiento de la atención primaria, las listas de espera, las pésimas condiciones arquitectónicas del servicio y la caótica organización de la asistencia y de la circulación dentro del recinto.

Puede que la huelga empeore esta situación pero su incidencia está lejos de ser significativa, entre otras razones porque solo hay una minoría de médicos que la están secundando. ¿Alguien se ha preguntado por qué?

viernes, 5 de junio de 2015

Sin obra pero con huelga II

Resistentes temporales

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA


El titular de El Mundo se las trae. Y la foto habla por sí sola, sobre todo para los que podemos identificar las caras conocidas: hay 20 personas manifestándose en la puerta del hospital, pero nueve de ellas no trabajan como médicos de urgencias del pabellón B. Si las cuentas no traicionan, faltan ocho de los 19 trabajadores que están en huelga, es decir, que un 42% de ellos no participaron ayer viernes en la ya clásica concentración reivindicativa.

                        Médicos en protesta                                                                                                    Fuente: El Mundo

Gestos adustos, como no puede ser de otra forma en un conflicto laboral que les está costando lo que no ganan. Brazos cruzados, señal de ensimismamiento y contención. Salvo algunos y algunas distraídas, muchos prestan atención al líder, uno de verde y de espaldas al fotógrafo. La pancarta, un tanto descuidada: igual al de la derecha le sobra la manita en el bolsillo. Aún así se puede leer desde la perspectiva del objetivo. Al fondo, unas puertas cerradas y un gran cenicero.
En cuanto al titular de la noticia, es evidente que el periodista no se ha atrevido a usar el artículo determinado: de haber escrito "Los médicos del Regional...", la sensación de unanimidad ofrecida no habríase ajustado a su propia percepción, la de una protesta muy minoritaria. La verdad, ni más ni menos.
Respecto a la expresión "se resisten a abandonar", tal construcción semántica tiene una alta carga valorativa: no es lo mismo continuar de huelga que resistirse a abandonarla; en el primer caso se entendería que existe la misma determinación que el primer día, pero el segundo recuerda a los arévacos de Numancia, que resistieron hasta que ya no había cadáveres para comer.
No emplearé muchas letras para comentar el texto de la noticia: un despropósito. Resulta que ahora faltan 16 médicos (al principio eran diez), las demoras que menciona son de antes de la huelga y, de propina, denuncian "represalias encubiertas" sobre seis médicos que voluntariamente acaban de firmar la renovación de sus contratos en plena huelga. Esto no tiene pies ni tiene cabeza.
Lo cortés no quita lo valiente. Sin perjuicio de lo escrito, lo que sí sería saludable es que al tal Ramón Porras le dieran un destino más natural, los Montes de Málaga, para no mandarlo muy lejos, como contable de ganado y especies autóctonas. No vale para tratar con profesionales médicos. Si quiere medallitas y méritos que patente un collar con cagarrutas de cabra. Y con él, a ver si de una puñetera vez se van el gerente, el director y toda esa red de advenedizos que les tocan las palmas todas las mañanas.

El hospital Carlos Haya está podrido. Po-dri-do. A los que creen a esos que sacan pecho con los trasplantes, las unidades de gestión, las investigaciones y las fundaciones, les invito a un tour por la realidad, en el tren de las brujas. Además de lo que puedan ver con sus propios ojos, entre escobazo y escobazo, puedo brindarles datos suficientes para salir hasta en el mismísimo New York Times. No exagero.